Carrera continua, abdominales, flexiones, lumbares, saltos laterales, sentadillas, explosividad, fuerza, rapidez, capacidad de reacción...
Y todo eso en menos de dos o tres semanas... ¡parece prácticamente imposible!
El término "pretemputada" lo utilizo para todo el esfuerzo, el cansancio y las agujetas que se derrochan a finales de agosto / principios de septiembre para prepararse para la temporada. La siempre definida pretemporada últimamente es más dura que nunca.
Empecemos desde el principio, el archiconocido "planning físico". Sé que en la mente de muchos ahora se formula la siguiente pregunta: ¿Planning ..qué? Tristemente es así, y seguramente sea algo esencial en la temporada que se avecina. No defiendo el término "planning físico", pero sí defiendo el no estar quieto en las vacaciones. Salir a correr, hacer deporte, jugar a baloncesto con los amigos; todo eso creo que es necesario y ya no sólo por hacer el planning, sino por la propia salud de uno mismo.
Continuemos con la pretemporada en si misma. Cada entrenador es libre de exigir a los jugadores lo que crea necesario, cada jugador es libre de exigirse a sí mismo lo que crea necesario. Pero tanto uno como otro tiene que asumir sus consecuencias en el principio de temporada, y me explico: Pedimos el 100%, y un jugador da el 10% (dentro de sus posibilidades). Pues si luego el jugador cree necesarios 20 minutos... igual se le dan 2min. No creo que haya que castigar a los jugadores toda la temporada pero si creo que siempre hay que dar un toque de aviso y decir quien es el entrenador.
No es una fórmula perfecta. No es un seguro de vida. Pero lo que podemos asegurar es que si se hace, algo mejor de forma si se estará. Y también podemos decir que en el baloncesto la forma física es realmente importante. Exigencia, concentración, esfuerzo y dedicación, parte de la fórmula del éxito.