Llevado a diferentes niveles esto puede conllevar varios problemas...
Considero que un entrenador debe de ser un entrenador en la pista y fuera de ella, pero que tiene que acarrear dos aptitudes diferentes.
Creo que de vestuarios para adentro debe adoptar un talante serio. Es un entrenador, así que sus jugadores deben tenerle respeto.
"Que no se te suban a las barbas" es una frase que me dijeron hace tiempo y que me caló bien hondo.
Ahora bien, tampoco creo que como entrenador se tenga que ir con cara de perro a todos los lados y no se pueda socializar con sus jugadores o padres.
El llevar un buen equilibrio entre esas dos cosas puede darnos la clave del éxito.
Únicamente haciendo esto ya tendremos a los jugadores contentos contigo y con los resultados, puesto que si están tranquilos y bien compenetrados el ataque es mucho más fluido. Y al final resulta como un pez que se muerde la cola.
Las buenas acciones traerán buenas acciones, mantenlos a raya.
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Considero que un entrenador debe de ser un entrenador en la pista y fuera de ella, pero que tiene que acarrear dos aptitudes diferentes.
Creo que de vestuarios para adentro debe adoptar un talante serio. Es un entrenador, así que sus jugadores deben tenerle respeto.
"Que no se te suban a las barbas" es una frase que me dijeron hace tiempo y que me caló bien hondo.
Ahora bien, tampoco creo que como entrenador se tenga que ir con cara de perro a todos los lados y no se pueda socializar con sus jugadores o padres.
El llevar un buen equilibrio entre esas dos cosas puede darnos la clave del éxito.
Únicamente haciendo esto ya tendremos a los jugadores contentos contigo y con los resultados, puesto que si están tranquilos y bien compenetrados el ataque es mucho más fluido. Y al final resulta como un pez que se muerde la cola.
Las buenas acciones traerán buenas acciones, mantenlos a raya.