Saqué la idea de este post de una charla que hizo el gran Jaume Ponsarnau, en el CES2013. Queda relativamente poco para el final de temporada y pienso que hay que hacer un último sprint. Muchos jugadores y entrenadores cometen un error a estas alturas, y es el de relajarse. Seguramente no piensen que sea menos importante, pero si muchos piensan que está todo el trabajo hecho. El que está en los puestos de arriba, piensa que acabará allí. Y tres cuartos de lo mismo con los de abajo... De nuevo, surge la pregunta:
¿Por qué sucede esto y cómo lo puedo evitar?
Bueno para empezar creo que puedo suponer que esto sucede porque todo el mundo tiende a relajarse y a "acomodarse", sabiendo que en esta situación de seguridad todo es mucho más cómodo. Es relativamente común, y a mucha gente le pasa. No sólo en el baloncesto, también en situaciones de la vida cotidiana como el trabajo, los estudios...
Bueno, prosigamos. Como poder evitar esto... es más complicado. Aquí creo que hay dos caminos para evitar el apocalíptico final. El primero es la fuerza de voluntad de uno mismo, las ganas de mejorar, el dar el máximo hasta el final y no relajarse. Duro y costoso pero muy lícito al fin y al cabo, ¿verdad?
Analicemos el segundo camino... el equipo. El baloncesto, para bien o para mal, es un deporte de equipo, y esto aunque muchas veces nos haga depender de otras personas... nos puede ayudar a levantarnos cuando nos tambaleemos. Porque la vida está llena de dificultades, pero lo importante es volver a levantarse y luchar hasta el final, lo llevamos dentro.
En otras entradas, analizamos la pretemporada y el punto álgido de la temporada, así como un punto de inflexión. A día de hoy, toca este análisis para enfocar con buena perspectiva el momento crítico del año. Ese punto donde caeremos todos, pero que debemos levantarnos si o si. Un poco de pasión en lo que hacemos, no está nada mal. Y mucho mejor está, si hablamos de baloncesto.
